Mejana es una huerta, el huerto del ser primitivo que llevamos dentro aunque lo hayamos olvidado. Quiero que recordándola, recordemos  lo esencial, la riqueza de lo simple, de lo terreno, de lo substancial. Lo sublime de la mano de lo básico, que recordemos que aún hay un tomate que es carne y simiente, que huele a campo y sabe a trabajo primoroso, que requiere de una caricia para ser mordido y que recogerlo es un culto al milagro.

Gonzalo, el hortelano, está orgulloso y feliz con su trabajo en el campo. Eso quiero devolver, un ejemplo tan necesario de sabiduría.

 

 

 


Educarte es un documental que pretende ser una plataforma desde la que el mundo adulto y el adolescente se escuchen. Consta de dos partes: en la primera un grupo de alumnos, en el entorno escolar, comenta el documental del que ellos mismos son protagonistas. En la segunda, en un cara a cara, cuatro parejas de  padres e hijos  nos desvelarán los Grandes Temas.

Sabemos que la histórica tarea de transmitir y de instruir a las generaciones siguientes lleva implícitas la permanencia y la ruptura. Son las dosis las que cambian con las épocas. En ese difícil equilibrio radica el arte de educar.

Sin el clima de respeto y confianza mutuos tan necesarios para que se dé el acto de escuchar, no se puede transmitir, pero ¿dónde están esos modelos en nuestra sociedad? Se puede decir que hoy, en muchos hogares, quienes mandan son las pantallas, teniendo en cuenta sus prioridades; el entretenimiento y el consumo, el modelo no sirve. Por otra parte, los centros de enseñanza no son islas de cultura y conocimiento en las que impere el respeto, como sería deseable. Parece que principios del aprendizaje tales como el esfuerzo y la voluntad, que comportan unas dosis de sufrimiento y satisfacción, hayan caído en desuso.

Ésta es una época de confusión y desconcierto. En palabras del sociólogo Salvador Cardús … en esta sociedad del bienestar, los límites nos los hemos de imponer nosotros,  eso requiere grandes dosis de respeto y  de criterio difíciles de encontrar en el ejemplo que da la sociedad adulta.

Poner límites se ha convertido en una heroicidad.

 

 

 

 


En corazones rojos, un puñado de hombres y mujeres, acompañados por fuentes históricas y documentos de la época, nos irán mostrando, sin tapujos ni excesos, los recuerdos atesorados sobre la sinrazón y la barbarie, bañados por la tierra de las Bardenas Reales y los campos de la Ribera.

Ellos son parte de la historia de España y pueden ayudarnos a comprender el presente. Un homenaje a sus padres y hermanos que creyeron que una sociedad más justa y libre era posible.

Es un documental sobre el hombre en el sentido amplio de la palabra, sobre la dignidad, la reconstrucción de la persona, que invita a conocernos y a reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos. Un documental que pretende ser conciencia de testigo.