
A los llaneros solitarios
No recuerdo por que camino tracé mi surco

La noche
Las orillas para Pilar Esperanza…
El Plano Paraguay
Culinario
Vivir
¡Qué feliz tiempo llegó hasta aquí,
desplomado el negro desde la azotea que esquivo!
Los suburbios de mi cuerpo
que poblé de muertos
obligaron a mirar,
sin empañar las ganas,
desde el fondo del ojo que di por perdido.
El corazón palpita cuando el vivir se instala.
Desplegan los halos el manto que nos lleva
invencibles
a barlovento
siempre a barlovento.
A los desiertos
El cielo trae una lluvia seca si el suelo no crece.
Cruje el polvo de oquedad serena.
Sabana de la distancia.
Catedral de la nada en apariencia dormida.
Escarbar en tus simas
resucita los tiempos del hombre.
La sed tragó los intentos de historia.
Lagartos proclaman distancias de olvido
y se erigen las noches en defensa del día .
Los pezones son hirientes
De cuando naciste, antes de
haber venido. En la noche
de los pezones muertos.
En el fondo de la leche
tras el pecho. De la redondez
de donde saliste. De la
que llevas dentro
que rodarás un día
que te llevará al límite de
tu tiempo.
El perro levanta la pata y mea.
Acuña con su caldo
un rastro de rebeldía,
marchamo de suciedad
Semblantes
No volverás a sembrar las carnes
ni a acariciar el vello de las almas
ni a murmurar humos de cielo.
Camparán a su antojo las distancias.
Las pócimas inmortales regresarán
al pozo de tierra
aquejadas las piedras
de apretar el olvido.
Errarás en los labios del mundo.
Comeremos los señuelos del tiempo
cada uno a sus modos,
sonrojados de haberle temido al miedo,
arrepentidos por haber tenido
el corazón abierto.
Una hoja blanca se llenará de bocas.
En el techo de mi casa anidaré mañana,
los ojos puestos en alas perdidas.
A la poeta
Quizá sólo sea una mano azul
que traza un emisario en el viento.
Una caricia en la hoja
que atenta
recoge al soplar.
Una ofrenda de la memoria cósmica
de hembra
que reclama un sorbo, (recuerdo)
para seguir su viaje.
Un suspiro de palabras
que como “bombollas”
decoran los ojos.
No sé si grabó algún gesto en papel.
Sé que los trazos están en mis ojos
y los coloco en lo más alto
para que salgan a poblar
los campos de la memoria.
Sábanas que vuelan
Corrales del cielo
Empapados de llanto
de sudor
del todo evaporado.
Las nubes nos llevan…